Ni por la mente me pasaba que dos meses después de haber salido, volvería a San Isidro del General. Solo que esta vez al equipo vecino, al AS Puma Generaleña. Son las vueltas de la vida.
Llego al equipo que nació en el 2010, tan solo hace cuatro años como una escuela de fútbol y luego de una exitosa carrera en la Liga de Ascenso, hoy es parte de los equipos de la Primera División.
Un equipo que nace de los sueños de su fundador, aficionado al AS Roma Italiano y que conforma , su nombre uniendo al equipo que tenía de niños, Los Pumas; más el Generaleña, como representación del cantón y en honor al primer equipo de esta zona que jugó en la Primera División.He escuchado en algunos sectores hablar con menosprecio de esta exitosa institución, diciendo que un equipo de estos no debería estar en la Primera División. Pero lo que ha logrado este equipo es muy importante, de los 22 partidos del torneo ha jugado 18 de visita. Algo que sin duda le dará fortaleza para el futuro.
Ayer fue el primer entrenamiento con los jugadores y sentí los deseos de superación y la calidad futbolística que tienen los muchachos. Sé que contamos con una buena base de trabajo realizado por los técnicos anteriores, los señores Edgar Carvajal y Mario Carrera. Acepté este reto, exigente pero lindo, porqué sé que al frente hay una familia honesta, la familia Chinchilla, quienes hacen un gran esfuerzo por lograr la permanencia en la Primera División.
Es un privilegio volver a esta ciudad que tan bien me ha tratado. Antes fue la afición del Pérez Zeledón, hoy es la del AS Puma Generaleña. Uno percibe el cariño, la esperanza y la confianza para que logremos mejorar el nivel competitivo de su equipo. Lo vamos a lograr con el apoyo y el esfuerzo de su dirigencia, jugadores, familias, compañeros de cuerpo técnico y su fiel y bulliciosa afición.
El calor, la solidaridad, el apoyo del pueblo, desde ya nos da fortaleza para este reto que asumimos con compromiso y responsabilidad.Cuando estamos acá y sentimos la energía positiva a nuestro alrededor, nos damos cuenta, recordando al escritor uruguayo Mario Benedetti y al cantautor español Juan Manuel Serrat, Que el Sur también existe.
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